Reducción al absurdo

Está todo tan podrido que las mariposas parecen sosas.
Pero a la noche, mariposas saladas.
Fiebre en la ciudad.
Neón de luces, luchando con el brillo de la luna.

Luego de nuevo, muerte al mediodía
de un corazón
sin dueño fijo
que busca ladrones,
o quizá al mejor postor.

Alguien lo levanta
hacia el cielo despejado,
donde el sol reina.
El sol arde, el cielo arde.
Juntos hacen arder.
Ya tenemos un corazón fogoso.

Es una muerte continua. Una llama continua.
Parece un San Juan infinito. Y el San Juan se celebra.
Ya tenemos un corazón en fiesta.