Magia

No aprendes vida, aprendes magia.
Truco a truco cada uno elabora su camino.
Tú diriges tu espectáculo.
Inviertes hasta el último aliento en el show.
Cambias magia por aplausos. O magia por sonrisas.
Cada nuevo hoy es un nuevo truco, y una nueva oportunidad.
Cada ayer es un truco que debes valorar, analizar, tener en cuenta.

La magia es efímera, es vida. La magia la tienes que aprovechar, no puedes malgastarla.
La magia está para que la vivas, y la vida está para que le busques trucos.

¿Sientes magia? Sentir también es magia.
Con cada sensación te envuelves en un nuevo hechizo. Lo notas. Se nota.
Eres frágil ante los hechizos, te desvían del camino gran parte de las veces. Pero, ¿y esa magia que recorre todo tu cuerpo al regocijarte, al saborear cada sensación? Más vale caer en algunos hechizos.

Ésa es la parte de la vida de la que aprenderás, de los hechizos, de tus propios sentimietos.
Pasión, ternura, alegría, orgullo, euforia, entusiasmo, satisfacción, serenidad, amistad, amor, respeto, gratitud, confianza, solidaridad, altruismo, esperanza, ilusión, ambición. Sentimientos que te encantan, que te embrujan y que te hipnotizan. Sentimientos por los que sabes que merece la pena vivir.

Quieres aprenderlos todos. Quieres poder experimentarlos cuando tú quieras. Quieres también demostrárselos a alguien y que te admire por ello.
Querrás compartir tu magia con los demás, pero reservándote para ti los mejores trucos.
Querrás compartir tu vida  con los demás, pero serás tú quien se recree en ella, quien realmente la disfrute.
Haz magia para ti. Sorpréndete a ti con cada truco.