Disfruten de su dinero.

Bullicio de salón. Vestidos de elegancia y riqueza. Pajaritas y zapatos de tacón. Mucha vida pero toda con cuento.

Una señorita fue encerrada allí por convenencia, cambiando así su vida vulgar por una adinerada. Más joven de lo que el estrés le hace aparentar, bebe champán en una copa de cristal fino y delicado aunque preferiría degustar una jarra llena de cerveza fría. Los peces gordos babean a su alrededor, provocándole repugnancia. Se limita a asentir con desinterés y a mirarse al espejo, al principio con odio, luego,cuando su memoria acogió el reflejo de su anterior vida vulgar, con una sonrisa bañada en carmín asomando por su comisura .

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