Manos frías

Escondía sus manos frías bajo el jersey de punto y lana. Estiraba las mangas hasta que sólo asomaban las uñas con restos de esmalte rojo. Así entraba en calor y comenzaba sosegarse.
Pero aquellos métodos no le servían de nada, ignoraba ya si sus escalofríos eran debido a la baja temperatura o al miedo.
-Le acaricié la mejilla y sentí como su cuerpo se relajaba con un suspiro. Sonrió y yo traté de simular estar calmado devolviéndole el gesto.
-Apollé mi mano en su rodilla derecha para llamar su atención y le sonreí cuando levantó ligeramente la cabeza. Su mirada mudó y casi advertí un poco de aquella calidez que tenía hacía tres días.
-Conseguí encontrar de nuevo su risa tarareando 'always look on the bright side of life'.
- Saqué de nuevo a la luz su carácter susurrándole 'el juego'.

Hubiese bastado con cualquiera de esos gestos, mismo con un ademán de ellos. Hubiera llegado con alguna otra mueca, con silbar alguna nota. Me habría regalado una última sonrisa.

2 comentarios:

Paula Sánchez Álvarez dijo...

Nunca había perdido de una forma tan bonita.

La mala de la película dijo...

Manos frias, amores todos los días