Lágrimas

Las lágrimas se me escapaban. Sabía que era fuerte, pero ante aquella situación sólo pude derrumbarme. La voz de mi madre se oía por el móvil angustiada. No podía ni siquiera con el peso del móvil, lo había dejado hablando sólo tirado en el suelo. No me acuerdo muy bien cómo yo también me fuí escurriendo por los barrotes hasta caer en las baldosas frías de la terraza, supongo que ante el temblor de mis piernas el equilibrio se esfumó. Pensé en todos los momentos con él, en cada uno de los años, en cada una de las Navidades, en cada año nuevo, en cada cumpleaños, en cada desayuno, comida y cena, en cada beso de buenas noches, en cada bronca y en el vacío que había dejado ahora en mi corazón.
Todos habían hecho un círculo a mi alrededor, algunos agachados, otros aún en pie, pero todos desconociendo lo que mi madre había dicho en la llamada. Mi mejor amiga cogió el móvil y se escapó un momento supongo que para hablar con mi madre y decirle que la llamaría luego. Volvió con cara congestionada y me abrazó, noté cómo sus lágrimas aparecieron y comenzaron a escurrirse por mi nuca. Ella me intentaba consolar, pero no distinguía ninguna palabra, sólo escuchaba la voz de mi padre en los recuerdos.
Mi amiga le comentó algo a los demás y se fueron de la terraza. Yo me quedé abrazada a ella, con los ojos muy abiertos, entre sollozos y respiraciones entrecortadas.
-Tu madre vendrá a buscarte en unos minutos.-Debió de pensar que estaba más calmada y por eso me lo dijo. Pero la verdad esque mi madre era la persona a la que menos me apetecía ver en esos momentos.

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