Shakespeare in love


No podía mirarla a sus ojos de color azul claro porque estaba bailando de espaldas a él, así que miró su peinado medieval que hacía aún más atractivo, si cabe, su pelo rubio y dorado.
Siguió su vestido verde, cambiando de pareja dos o tres veces cómo el protocolo indicaba, hasta que llegó a ella. Sus ojos azules no se podían describir ni con el mejor de los sonetos y su mirada era imposible de rimar. Sonrió alzando levemente las comisuras de sus finos labios rosados, dejando entrever unos dientes comparables con perlas. Entrelazaron sus manos derechas y comenzaron a dar vueltas lentamente olvidándose de su alrededor.

Eres William Shakespeare…

Deseó saborear su voz de lo dulce que era.

… ¿El poeta se ha quedado sin palabras?

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