Maldad.

Sé que tu corazón late, pero no late en tu pecho, en tu pecho sólo hay un agujero. Un agujero negro que todo lo atrapa y nadie sabe realmente qué hay en su interior.
Tu pecho está abierto y de él salen borbotones de maldad.
Tus ojos clavan miradas asesinas en mi cuerpo.
Tus palabras acaban causando un pitido en mi tímpano que me hace ensordecer.
Sorda, escucho tus palabras pero no las oigo.
Sólo noto el odio.
Sólo noto el rencor.



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