Los afortunados dan tres o cuatro pasos atraídos por la curiosidad. Bajo las escaleras, cojo mi sombrero, mi abrigo y mi bastón y me dirijo a salir de la fábrica seguido de dos umpa lumpas para darles la bienvenida. Mientras, oigo mi presentación, escucho a los muñecos cantando lo fantástico que soy.
Mis botas se van hundiendo en la nieve a cada paso que doy. Me sitúo al lado de uno de los invitados y aplaudo cuando el espectáculo conluye entusiasmado por el final.
Ahora me pongo frente a ellos y me quedo parado en un silencio con una sonrisa de oreja a oreja. Inquieto, como siempre me ocurre en estas situaciones, meto las manos por todos mis bolsillos hasta encontrar mis notas. Comienzo a leer, rápido por los nervios.

Vuelvo a guardar las tarjetas y lo único que escucho son sus respiraciones heladas. Se habrían quedado sin habla ante tal grandeza.
1 comentario:
Augustus Gloop, Augustus Gloop, glotón y vago eres tú!
:3
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