La altura me daba ventaja

Ella se agachaba tras una roca esperando el mejor momento para agujerear a mis semejantes. Yo apuntaba desde un punto un poco más alto del monte a su nuca.
Iba a disparar pero me quedé atónito al observar como posó el arma con cuidado sobre el suelo. Luego introdujo la mano derecha en su bota y sacó un cuchillo. 'Mierda' pensé, pero mi instinto no tuvo tiempo a reaccionar, ella ya había lanzado el cuchillo y me lo clavó con precisión en la mano. El dolor fue agudo, había conseguido clavarlo en algún hueso, pero conseguí no gritar más de una vez.
Ya se había formado un pequeño charco cuando la rubia vino a rematar la faena. Me restregó mi error con una sonrisa malévola. Luego me tiró al suelo, me quitó el cuchillo y me pisó luego la mano. Se agachó y me escupió.
-Sois esclavos, no guerreros.- Me extendió una mano para ayudarme a incorporarme.- No seas insensato o acabarás como van a acabar ellos.

No hay comentarios: