Dime que es falso que empeñaste el reloj de Raquel


Te cansaste de crecer, tus sueños ya tardaban demasiado en llegar y te metiste en un callejón si salida. Tú, el trapecista profesional  de andar por el agudísimo filo de esta inquieta vida, perdiste el equilibrio. El que ni fracasaba ni dejaba fracasar.

''No es asunto tuyo'' Me dirás y punto. Pero yo no llegaré a aceptar la idea de no poder ayudar.
¿Cómo te has dejado llevar de esa manera? 
Nunca volveré a ser testigo de un conductor suicida.
Pasaré ya de que no te fíe ni rafa el del pub, de que vendas chapas en ciertas esquinas y de que te conozcan en cada hospital.




Ahí la tienes, la última raya del sol





1 comentario:

La mala de la película dijo...

No hay ser humano que le eche una mano a quien no se quiere dejar ayudar.
Me encanta el final