Vendetta

Tras la amenaza, sus hombres me acribillaron a balas vaciando el cargador. Dos de ellas me atravesaron, las demás sólo abollaron un poco el chaleco de metal. No pude evitar caer arrodillado, esperé dos segundos y volví a incorporarme.
-Ahora me toca a mí
Aparté mi capa negra con mi elegancia habitual y descubrí mis famosos cuchillos, comencé a lanzarlos y a atravesar órganos, músculos y huesos. Cómo prometí, me cargué a sus seis hombres antes de que pudiesen recargar sus armas. Cuándo llegué a él me disparó - ¡Muere! ¡Muere!- gritaba. De ésta vez me atravesaron las seis balas, la sangre salía a chorros pero se disimulaba entre mi ropaje negro y la oscuridad. Comenzó a sentir terror.
-¿¡Porqué no mueres!?
-Bajo esta máscara hay algo más que carne y hueso. Bajo esta máscara hay unos ideales, y los ideales, señor, son a prueba de balas.

1 comentario:

Beatriz dijo...

y los ideales, señor CREEDY, son a prueba de balas