Y se hizo la luz.

En el hipotético caso de que esto no hubiera ocurrido, de que no hubiese sol ni  luz lunar... ¿podemos imaginar eso? Yo sólo puedo imaginar negro. Sobre ese negro siluetas negras, de personas, de animales, de viviendas. Negro de aire, negro de agua y negro de fuego. Negro sobre negro no se distingue, la verdad que es difícil de imaginar.
A veces la oscuridad me da miedo, otras me da cobijo. Ella navega por mis lágrimas y sale más tarde a flote entre mis párpados, lo veo todo negro. Pero me acoge entre sus sombras, en esos momentos me encuentro en un lugar donde es todo negro sobre negro. Os digo que no está tan mal, que se puede vivir sin luz.

2 comentarios:

Paula Sánchez Álvarez dijo...

La verdadera paradoja es que es la luz la que provoca las sombras. Sombras negras. Sólo se debe aprender a vivir en el resplandor, ignorando a las sombras que tu reflejo pueda crear :)

La mala de la película dijo...

En la oscuridad, todo es subjetivo